21.12.05

En el metro

Si algo no me mola es que me empujen. Ayer, al entrar en uno de los vagones del metro, una mujer me empujó, disimuladamente, pero me empujó. Se ve que la señora estaba desesperada por pillar sitio, pero tuvo mala suerte porque todos los asientos estaban ocupados.

Era una mujer mayor, de unos 70 años. Llevaba un abrigo negro de piel, unos pantalones de pana verdes y unos zapatos negros adornados con un pequeño lazo.

Tres paradas después nadie le había cedido el sitio.

En Cuatro Caminos un hombre se levantó y se bajó. Yo tomé su asiento y la mujer me miró. Entonces, por un momento, me acordé de mi abuela. Miré a los ojos de la anciana, que suplicaban un sitio, y pensé: "es curioso, jamás vi a mi abuela vestir pantalones”.

Saqué mi libro y seguí leyendo. Si algo no me mola es que me empujen.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Una abuelita con falda, eso es otra cosa.
Yo a las que llevan falda siempre las dejo sitio, eso sí, también empujan...

pero no es lo mismo, no.

Y*M* dijo...

Pues no lo sé. Tendría que hacer la prueba de ponerme falda un día e ir por ahí empujando a la gente.